“Las Aventuras de Robinson Crusoe” es una obra maestra escrita por Daniel Defoe que narra la historia de un marinero inglés que, tras un naufragio, queda varado en una isla deshabitada durante 28 años. A lo largo de la novela, Defoe utiliza un estilo realista y detallado, a menudo intercalando reflexiones filosóficas y religiosas que enriquecen la trama. El libro, publicado en 1719, es considerado uno de los primeros ejemplos de la novela moderna y refleja el espíritu del momento, caracterizado por el individualismo y el empirismo que surgieron durante la Ilustración. La atención al detalle y la exploración de la soledad y la autosuficiencia son temas centrales que se entrelazan con la vida del protagonista, ofreciendo una crítica sutil de las limitaciones sociales de la época. Daniel Defoe, un prolífico escritor y periodista, vivió en una época marcada por la expansión colonial y el ascenso del comercio. Su experiencia como comerciante y aventurero le inspiró a construir la narrativa de Crusoe. Defoe era un observador agudo de la condición humana; sus vivencias personales, incluidas sus dificultades financieras y su encarcelamiento por deudas, modelaron su escritura y su interés por las historias de supervivencia, destacando la resiliencia del individuo ante la adversidad. Recomiendo encarecidamente “Las Aventuras de Robinson Crusoe” a cualquier lector que busque una profunda reflexión sobre la naturaleza humana y la lucha por la supervivencia. La obra no solo es un relato de aventuras, sino también un espejo de las inquietudes existenciales del hombre, lo que la convierte en una lectura obligada en el canon literario occidental.