En el interior de la isla ya no se oponen urbano y rural, humano y animal; el régimen borra esas diferencias porque los mezcla y los superpone y fusiona. También borra las diferencias sociales e iguala a sus habitantes porque los une por rasgos preindividuales, biológicos, postsubjetivos; por un fondo “natural” como la sangre, el sexo, la edad, las enfermedades o la muerte. Son los locos, los rubios, los okupas y los adolescentes (o los perdidos de Lost, en otra forma de isla). La isla los iguala por algo que todos tenemos en tanto animales humanos, por algo que está afuera de la sociedad, la historia, la política: lo que no varía y no sufre mutaciones históricas.6