El encuentro de ambos era un anhelo que mantenía al
escritor en un estado ambiguamente decisivo. Temeroso
de cometer errores en su intento de amar, escoge salidas
lógicas para él, pero ilógicas para Liene. El escritor escribe
un libro, y atraves de el, encuentra una historia de amor
perfecta. Una historia de amor sin egoísmo y celos, sin
acuerdos y condiciones, sin apegos y emociones, sin
responsabilidades y experiencias memorables, sin antagonismos
y dualidades, sin disputas y reconcilios, sin sexo y sufrimiento.
Un exitoso y aplaudible acierto formulado y controlado por la
mente. Un escrito que guardaría los más profundos deseos del
corazón de manera impecable e indestructible. Preguntas
existenciales eran la fuente de donde su cuento colectaba
la información que sostenían los argumentos e ideas de este
Escritor ilusionado. Envolviendo su infancia y adolescencia,
su adultes y madures para descifrar lo desconocido
de sí mismo, encuentra respuestas inesperadas para la mente
pero no para su alma. Todo un proceso inconsciente de filtración
que se origino con el propósito de averiguar el verdadero
deseo de su ser, “Cambiar”.
