No quiero más, nunca quise más. ¿Más de qué? Más de nada. Fui viviendo porque estaba vivo, pero nunca viví con ganas, nunca quise comerme el mundo, nunca quise conocer mundo, nunca tuve sueños, ni siquiera uno absurdo como comprar un hervidor eléctrico o cambiar los muebles de sitio. No sé si hay un momento oportuno para morir. Me da igual. Estoy aquí y esta vez lo haré bien.