Rudyard Kipling

El gato que andaba solo

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Los gatos, esos adorables compañeros, son los protagonistas de estos cuatro cuentos.Inteligentes y elegantes por naturaleza, han servido de inspiración a muchos artistas de diferentes latitudes a lo largo de los siglos.Tanto los escritores como los ilustradores que iluminan estos relatos nos muestran cuán diferentes pueden llegar a ser estos seres curiosos, pese a parecernos, a veces, tan iguales.El resultado es un libro que hará las delicias de los amantes de estos animales y también de todo lector que quiera descubrir textos diferentes de algunos de los mejores escritores de la Literatura Universal.«Los mejores cuentos sobre gatos con espectaculares ilustraciones.»
Este libro no está disponible por el momento.
27 páginas impresas
Publicación original
2012
Año de publicación
2012
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Opiniones

  • Jeanette Ruiz Gonzálezcompartió su opiniónhace 5 años
    👍Me gustó
    🎯Justo en el blanco

    Con ese sabor casi infantil que tiene Kipling al momento de narrar, crea una mitología sobre la relación de cuatro animales con el hombre. Un fondo profundo que invita al análisis.

  • Ann Lopcompartió su opiniónel año pasado
    👍Me gustó
    🔮Profundo

    Como amante de los gatos, la historia que aquí nos brindan sera de gran diversión y descubrimiento!

  • Lulú Fccompartió su opiniónhace 2 años

    Me encantó

Citas

  • Ann Lopcompartió una citael año pasado
    El Gato dijo:
    —Pero yo no soy ni un amigo ni un criado. Soy el Gato que anda solo, y quiero entrar en vuestra cueva.
  • Ann Lopcompartió una citael año pasado
    el más salvaje de todos los animales era el Gato, que andaba solo y lo mismo le daba un lugar que otro.
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 2 años
    La Mujer, muy enojada, se soltó el pelo, echó más leña al fuego, sacó la enorme paletilla de cordero y se puso a hacer un conjuro para evitar decir una tercera palabra en alabanza del Gato. No fue un conjuro cantado, mi bien amado, sino un conjuro silencioso. Y poco a poco se hizo tal silencio en la cueva que un ratoncito diminuto salió de una esquina y echó a correr por el suelo.
    —Oh, enemiga, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo —dijo el Gato—. ¿Ese ratón es parte de tu conjuro?

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