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Libros
Ezequiel Dellutri

Ikigai

Ikigai es una palabra japonesa que significa tener un objetivo en la vida. Una pasión. Un motor que te impulse.

Bruno descubrió su ikigai en las películas de Studio Ghibli, un estudio de animación japonesa. Sin siquiera imaginarlo, compartirá su pasión con su abuelo —con quien llevaba una relación distante hasta ese momento—. Su pasatiempo se convertirá en un vínculo para descubrir los lazos que los conectan y cómo podemos darnos segundas oportunidades. Por ahí que el verdadero sentido de la vida sea lo que menos te imaginabas.
102 páginas impresas
Publicación original
2023
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Opiniones

  • Carmen Delia Camarenacompartió su opiniónel año pasado
    👍Me gustó
    🐼Adorable
    💧Prepárate para llorar

    Es un libro hermoso, lleno de amor.......la relación de un abuelo con su nieto, de la vejez, de la juventud, de los errores , de la culpa, del perdón, del Ikagai (propósito, pasión en la vida)……Adorable !!!!
    Remueve las emociones y sentimientos.

  • Lidia Dracompartió su opiniónel año pasado
    👍Me gustó
    💡He aprendido mucho
    🐼Adorable
    💧Prepárate para llorar

    Es uno de los libros más bonitos que he leído en toda mi vida, lo he disfrutado desde el primer momento y lo he sentido como una abrazo al alma. No he parado de llorar que bonito y que tristeza. Todas las palabras se quedan cortas

  • Seth Nahúm Contreras Sánchezcompartió su opiniónhace 10 meses
    👍Me gustó
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho
    🎯Justo en el blanco
    💧Prepárate para llorar

Citas

  • Elizabeth Alvarez Josécompartió una citahace 4 meses
    Para mi sobrino preferido siempre estoy despierto.
  • Arte para Despertarte A.C.compartió una citahace 8 meses
    —Las cosas buenas que uno hace no compensan las malas, ¿sabés? Pero ayudan a no perderse. Ser fiel es la única forma de ganarle a la culpa.
  • Elizabeth Alvarez Josécompartió una citahace 4 meses
    Sin saber por qué, pensé que, si yo podía nombrar el olvido con la misma naturalidad con la que lo hacía él, íbamos a poder vincularnos. No se trataba de negarlo, ni de pensar que iba a desparecer, ni de creer que no dolía; pero si los dos sabíamos que la lucha estaba perdida, ¿no era lo más inteligente asumir la derrota y empezar a disfrutar de nuestro fracaso?

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