Novela recia y rica en matices sociales, tiene lugar en ambientes no exentos de peligro y, con el humor de tierras de sol, pone en juego una amplia gama de personajes dolorosa y meticulosamente delineados. Lo esencial de la obra, sin embargo, no está en la anécdota, inolvidable, sino en el ritmo narrativo subyacente de la prosa, en su música y su cadencia de gran clásico, en el aplomo de cada párrafo, en la seguridad de la estructura, elementos abstractos y de pura índole literaria que no permitirán confundirla en el maremágnum del llamado «realismo sucio». Sed de champán es una tragedia, en el sentido canónico del género.