Sin embargo, no todos los personajes son recibidos con el mismo entusiasmo. El acervo literario así lo demuestra. Perduran hadas, madrastras, príncipes, princesas, personajes arquetípicos. La atracción que provocan a los niños se suma a la que éstos experimentan por los animales. Tanto con los buenos como con los malos se identifican, por su seducción o porque pueden descargar sus temores y centrarlos en la capacidad de los animales de atacar y devorar