Amaba a Qaránfula, pero quizá no era constante en sus sentimientos. Deseaba un sentimiento como el amor, pero el deseo de amor no es amor. De todos modos, era sincero. Nunca pensó en aprovecharse de ella, aunque podía haberlo hecho fácilmente. Era un idealista, y se lo podía permitir porque su situación económica era buena. Nuestra cultura general se debe a los libros que tomábamos prestados de su biblioteca.