Palabras del Egeo

Luego se ven las cumbres de Paros y de Naxos, y también la pequeña Antíparos, casi confundida con los montes del fondo; y se distingue claramente la cima más alta de Heraclea, que emerge solitaria; y las costas de Íos y de Síkinos, que se perfilan sobre el agua brillante como lomos oscuros de ballena.

También sé, por Pausanias, que hubo en el ágora de Argos un santuario de Atenea Salpinx,229 pues se le atribuía a la diosa del ingenio el descubrimiento de este antiguo instrumento para comunicarse en la distancia, tanto en tiempo de paz como de guerra.

Con esta luz difusa, los guijarros se siguen viendo blancos, pero de un blanco diferente, menos expansivo, como silencioso. Me he sentado a escribirte en una de las poltronas de madera que el café Raventi deja por la noche en la arena

Eso sí, huele a tierra mojada: hay un maravilloso olor a tierra mojada que me hace recordar que aroma [ἄρωμα] viene de ἄρουρα [ároura], la ‘tierra de labranza’; que aroma es ese olor atávico que asciende (αρ>ερ) de la tierra cuando ésta es despertada por la lluvia.

En varias de estas islas, pues, ya en época remota, se extraía y se procesaba la púrpura, que en los tiempos históricos fue el tinte más lujoso y más caro de la naturaleza, reservado tan sólo a los emperadores.

Cuando vengas, verás que esta caracolita, aparte de su abertura natural, tiene también un pequeño agujero: es la trepanación por donde, en el pasado, una mano anónima y experta le extrajo ‘la flor’: το άνθος217 [to anthos], que es como llamaban a la preciada glándula del Murex que contiene la púrpura. Dicho sea de paso, ἄνθος [anthos], ‘flor’, viene de ἄνω [ano] y de θέω [theo],218 por lo que significa ‘correr hacia arriba’, ‘brotar’, ‘eclosionar’, que es lo que hacen las flores, las glándulas, incluso los volcanes. En varias de estas islas, pues, ya en época remota, se extraía y se procesaba la púrpura, que en los tiempos históricos fue el tinte más lujoso y más caro de

Es el pueblo que, a partir de esa primera patria—la teoría la llama Urheimat—, se habría extendido progresivamente en todas direcciones, cabalgando sobre sus monturas, combatiendo desde sus veloces carros, y enterrando a sus guerreros muertos junto a sus caballos bajo severos túmulos de tierra conocidos por el nombre de kurgán

Grecia cautiva cautivó a su fiero conquistador, y trajo las artes al agreste Lacio

incluso el hexámetro—el verso épico que hará tan ejemplares los poemas de Homero—parece haber sido una contribución minoica a la tradición de los aedos del entorno micénico

Así lo hicieron; y, entonces, estos últimos, agradecidos por su liberación, entregaron a Zeus el rayo, el relámpago y el trueno, a Hades, un yelmo que lo haría invisible, y a Poseidón, el temible tridente que agitaba la tierra.