Esta serie de cuentos resultaron ser una agradable sorpresa al ofrecer diferentes tensiones que resultan tan familiares para el lector al punto de que es imposible no sentirse identificado con aquel hombre que desde su ventana exploraba los pormenores de la vida de sus vecinos a través de la ropa en los tendederos. Así mismo cada cuento es una invitación a ser un observador activo de las distintas experiencias y dinámicas relatadas.
Es un libro para devorar una y otra vez.
“La extrema libertad de un libro de cuentos radica en la posibilidad de empezar de cero en cada pieza. Exigirle unidad sería ponerle un candado al laboratorio”.
🤯🤯🤯.
Andrés tiene una pluma tan relajada y profunda como interesante. Una joya. Ha roto todo lo que conocía y no conocía como "cuento".
Diferente e interesante, te hace pensar