A su lado, la servidumbre involuntaria de esclavos africanos constituyó una aportación imprescindible para el servicio doméstico, las pequeñas haciendas, el trabajo en talleres, astilleros y minas, en el transporte por mar y tierra. La cristianización de los indios y sus descendientes, las castas (la denominación ibérica que englobaba a todos aquellos que no eran metropolitanos de origen o pertenecientes a las sociedades originarias) o esclavos, no alteraba para nada el estatuto civil de aquellas personas y grupos.