Libros
Sandro Veronesi

El colibrí

Una bellísima novela sobre el amor, la superación y el optimismo. Una lección de literatura y de vida merecedora del Premio Strega.
El colibrí es un pájaro menudo que tiene la capacidad de mantenerse en suspensión en el aire. A Marco Carrera, oftalmólogo que ejerce en Roma, de niño su madre lo llamaba colibrí por su escasa estatura. El problema de crecimiento se solucionó con inyecciones de hormonas, pero Marco ha continuado siendo un colibrí por su habilidad para seguir en el aire a pesar de las adversidades.
Un día lo visita en su consulta el psicoanalista de su mujer y, saltándose el secreto profesional, le advierte de que esta ha descubierto que sigue carteándose con un amor de juventud. No será el único conflicto al que tendrá que enfrentarse Marco: deberá cuidar de sus padres enfermos –él ingeniero, ella arquitecta–, que durante su infancia escenificaron una familia feliz que no lo era tanto; deberá tratar de reconciliarse con su hermano, que ahora vive en Estados Unidos, porque sobre ellos planea la sombra del final trágico de la hermana muchos años atrás, y también deberá hacerse cargo de su nieta cuando su hija, madre soltera, deje de poder hacerlo…
Toda una serie de infortunios y golpes del destino que Marco siempre sabrá cómo afrontar sin perder el ánimo… Esta es una novela sobre la vida y sus altibajos, sobre la resiliencia, la empatía y el amor. Siguiendo la capacidad ya demostrada en Caos calmoProfecía para abordar el dolor y su superación, Sandro Veronesi nos ofrece una lección de literatura y de vitalismo. El resultado es una emocionante novela sobre la necesidad de mirar hacia el futuro con esperanza y vivir con intensidad hasta el final, sobre la importancia de mantenerse en alto como el colibrí.
288 páginas impresas
Publicación original
2020
Año de publicación
2020

Otras versiones

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Opiniones

  • LupIsiscompartió su opiniónhace 3 años
    👍Me gustó
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho
    🎯Justo en el blanco
    😄Divertido
    🐼Adorable
    💧Prepárate para llorar

Citas

  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    Todos los días recibimos cientos de miradas y a nuestra vez miramos a cientos de personas. La mayoría de las veces no nos damos cuenta de que nos miran ni los demás se dan cuenta de que los miramos. Por eso no ocurre nada y esas miradas no tienen consecuencias, aunque no hay ninguna razón para considerarlas menos significativas que las que acabo de citar. Es más: ¿estamos tan seguros de que las miradas que no cruzamos no producen nada? Hay gente que se enamora mirando todos los días por la ventana a cierta persona que pasa por la calle. Hay gente que se prenda del presentador o la presentadora que ve en la tele. No, no existen miradas más importantes y miradas menos importantes: en el momento en que las lanzamos, todas las miradas son entrometidas y solo la conjunción de los acontecimientos, es decir, el azar, determina las consecuencias que tendrán.
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    El caso es que se entiende fácilmente que haya motivos para el movimiento, pero no se entiende tanto que los haya para la inmovilidad. Pero esto es porque nuestra época ha dado cada vez más valor al cambio, incluso como fin en sí mismo, y cambiar es lo que todos queremos. Y no hay nada que hacer: el que se mueve nos parece un valiente y el que se queda quieto un miedoso, el que cambia es lúcido y el que no cambia es obtuso. Es lo que ha decidido nuestra época. Por eso me alegra que te hayas dado cuenta (si he entendido bien tu carta) de que se necesita también valor y energía para quedarse quieto.
  • Cristian David Hernandez Chavescompartió una citael año pasado
    Y así he comprendido (por eso te escribo de pronto, aunque no sé si me responderás) que eres realmente un colibrí. Pues claro. Ha sido una iluminación: eres realmente un colibrí. Pero no por las razones por las que te pusieron este apodo: eres un colibrí porque, como el colibrí, pones toda tu energía en quedarte quieto. Setenta aleteos por segundo para quedarte donde estás. En eso eres formidable. Consigues quedarte parado en el mundo y en el tiempo, consigues parar el mundo y el tiempo a tu alrededor, a veces incluso consigues remontar y recuperar el tiempo perdido, igual que el colibrí es capaz de volar hacia atrás. Por eso da tanto gusto estar a tu lado.

    Solo que, lo que para ti es natural, a otros les resulta dificilísimo.

    Solo que la tendencia a cambiar, aunque pueda no ser a mejor, forma parte del instinto humano, y tú no la concibes.

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