¿Por qué los teléfonos modernos tienen teclas que no sirven para nada? ¿Por qué no se sabe, con frecuencia, si para abrir una puerta hay que empujar, o tirar, o si se trata de una puerta deslizante? ¿Por qué es tan difícil entender un manual de instrucciones?
Con muchos ejemplos similares y en clave de humor, Donald A. Norman, uno de los psicólogos más imaginativos de las últimas décadas, analiza los problemas del diseño de los objetos que nos rodean en la vida cotidiana y el tipo de conocimiento que cada uno requiere. La obra es también una amena y lúcida lección de psicología que utiliza el diseño como excusa.