Quizás Antonia Campbell no hubiera dado precisamente con el paraíso al llegar a aquella pequeña ciudad de Texas; pero incluso con aquellas misteriosas llamadas nocturnas y el hecho de que su único acompañante en la cama fuera su gato, su vida como veterinaria rural era mucho mejor que lo que había dejado atrás: una educación autoritaria y un ex marido cruel.
Fue entonces cuando una llamada al rancho de Daniel Sutton lo cambió todo. La atracción surgió nada más conocerse y, entre sus brazos, Antonia se sentía protegida… y muy sexy. El problema era que quizás Daniel no fuera tan libre como le había parecido en un primer momento. ¿Se derrumbaría todo justo cuando parecía que por fin había encontrado el paraíso?