El estudio de las sociedades prehispánicas no sólo se centra en sus aspectos
más sobresalientes, como los desarrollos tecnológicos, los eventos políticos y
militares, o las hazañas económicas, sino también en otros fenómenos de
carácter más cotidiano que sirven como reproductores de su ideología e
identidad. Uno de ellos es la interacción entre los miembros de una comunidad
y las figuras del extranjero y del marginado social, personajes periféricos de
la cultura que transgreden permanentemente los sistemas social, ético-moral y
del comportamiento imperantes.