Dotada desde sus primeros años de vida de la capacidad de ver y oír cosas imperceptibles para el resto de los mortales, Hidegard von Bingen (Böckelheim 1098 – Rupertsberg 1179) creció en un monasterio aceptando un destino que no eligió. Esas visiones iniciales que habrían de sucederse a lo largo de su vida, unidas a una condición enfermiza, acabaron por forjar el intelecto emprendedor de quien alcanzaría renombre internacional en una época en que las mujeres carecían de derecho alguno. Von Bingen fue una mujer insólita y prolífica que supo alternar una rica espiritualidad con una intensa actividad cotidiana. Visionaria profeta, autora de una enciclopedia médica, entre una vasta obra literaria, compositora de 72 piezas musicales, fundadora y abadesa de dos monasterios benedictinos, su celebridad llegó a oídos de las más altas autoridades estatales y eclesiásticas, que solicitaron su consejo en los momentos de máxima tensión política y religiosa. Al cumplirse el 900 aniversario de su nacimiento, Joan Ohanneson evoca con lirismo la personalidad polifacética de quien no sólo supo lidiar en el agitado clima espiritual europeo del umbral del siglo XII, sino que continúa siendo paradigma femenino. La insólita vida de la mística alemana del siglo XII.
