Heredia viene, nuevamente, a deleitarnos con paseos por un Santiago que se nos muestra lleno de bares y hoteles de mala muerte, por donde circulan los excéntricos personajes que rondan su imaginario. Heredia, un detective privado cincuentón, se encuentra sin trabajos ni casos que resolver, hasta que Griseta, su eterna novia, le presenta el caso de Germán Reyes, hermano de Virginia Reyes, quien fue asesinado por dos sujetos, aparentemente, sin razones ni pistas.
Como es de esperarse, nuestro personaje comienza una extraña aventura que incluye fantasmas del pasado, torturas y torturadores de la época de la dictadura, insólitas coincidencias y más.