La noche en que descubre el compromiso de su ex, Sarah conoce a Aaron, el hombre más atractivo que ha visto nunca, quien, por alguna razón, la confunde con una prostituta. Sin embargo, es tan sexy. Y es sólo una noche… ¿Qué daño puede hacer el hecho de ceder al deseo de perderse en su contacto? Ella nunca lo volverá a ver, aunque él le haya dado la noche más intensamente placentera de su vida.