Desde hace quince años, Jean Ziegler ha centrado todos sus esfuerzos en combatir por de los condenados de la tierra en el seno de las Naciones Unidas. En sus puestos como relator especial para el derecho a la alimentación y como vicepresidente del comité consultivo del Consejo para los Derechos Humanos, no ha dejado de luchar contra el hambre y la malnutrición, en favor de los derechos del hombre y de la paz. Combates muy duros, que han contado con algunos éxitos importantes, pero también con grandes decepciones.
Tales son los momentos que relata en este libro, desde un profundo conocimiento del terreno, de las maniobras entre bastidores, de las funestas y nocivas acciones de los depredadores del capital financiero globalizado, preocupados ante todo de maximizar sus beneficios.
Un implacable testimonio del sórdido juego de los poderosos de este mundo, con una pregunta crucial: ¿qué hay que hacer para que la utopía que concibieron Rossevelt y Churchill «una organización susceptible de regular los conflictos internacionales y de asegurar el mínimo vital a los pueblos del mundo» renazca del estado de parálisis en el que se encuentra?