Tess odia a los extraterrestres. Después de la invasión que destruyó la Tierra, los bastardos extraterrestres la vendieron a un burdel como esclava sexual. Puede que haya escapado, pero los viejos recuerdos y miedos aún permanecen en los oscuros rincones de su mente. Supuestamente Sonis es el lugar para ella, un lugar seguro, donde puede curarse y empezar de nuevo. Está casi esperanzada… hasta que conoce a Sasha, su nuevo jefe.
Sasha, Capitán de la Guardia Real de Sonis, es un guerrero de pies a cabeza. Es enorme, pecaminosamente sexy y podría tener a cualquier mujer en Sonis, pero la mujer que quiere es Jess. Es un extraterrestre y Jess sabe que debería odiarlo o al menos ser precavida, pero cuando él está cerca, ella pierde el control. Se dice a sí misma que sólo es sexo, sexo alucinante y alucinante como ninguna otra cosa que haya experimentado, pero hay algo en Rasa que sacude su alma. La sensación de la piel de él contra la de ella, la mirada en sus ojos cuando la toca, la hacen querer creer que es posible encontrar el amor y empezar de nuevo.
