Mi padre, de vez en cuando, me contaba algunas anécdotas sobre la historia relatada en este libro. Me parecían hechos extraordinarios, otras veces tristes y, a veces, injustos.
Pero, al tener el privilegio de hacer sugerencias de corrección a su libro, me fui adentrando en la historia que cuenta. Dejé de verlo de esa forma abstracta, pues me di cuenta de que el origen de esta historia está en una iglesia local del Señor, el cuerpo de Jesús, y no lo que suponía antes, que era una historia de unos amigos que decidieron hacer un colegio y ponerle una insignia de «evangélico» por ser ellos cristianos evangélicos.
«Historia de un colegio y de su expoliación» muestra, en su contexto, a hombres que, siendo creyentes en el Señor Jesús, y algunos, teniendo el privilegio de ser líderes de Su iglesia, descuidaron guardar sus corazones, examinar bien sus pasos para seguir las sendas de la justicia y, con ella, administrar lo que el Señor les había encomendado.
Carlos Gil
