Nueva York, noviembre de 1932. Presa del pánico producto de una tragedia, Sterling Keighley pide habitación en el Hotel Metropolitan pensando en el suicidio, pero al bajar a la puerta rotativa del hotel tropieza con una atormentada mujer de la que se enamora instantáneamente. Decidido a aferrarse a algo que le retenga en la vida, Sterling le declara su amor, pero ella debe marchar a Reno para poner fin a un terrible matrimonio, por lo que le promete que, si a su regreso él continúa hospedado en el hotel, creerá en su amor.
Sterling así lo hace y conoce a Alice, una mujer joven que se encuentra en el hotel esperando a que el abogado al que ama consiga divorciarla de un vividor sin escrúpulos, lo que no será tan fácil cuando este descubra que su mujer está hospedada allí mientras, enamorado, Sterling espera, noche tras noche, el ansiado regreso de la mujer que le prometió volver.
