la furia arrolladora de los cárteles, tuvo una finalidad estratégica en los estados de Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León (cuyos habitantes morían y siguen muriendo en forma multitudinaria y pavorosa): despoblar las tierras de cultivo, los ranchos ganaderos y las pequeñas comunidades y pueblos que en el subsuelo contienen grandes masas de rocas de tipo pizarra, esquisto o lutitas llenas de gas natural