Cuando lady Miranda Ainsworth irrumpe en la habitación de lord Phillip Whixley, y lo despierta de su siesta vaciándole una jarra de agua fría en la cabeza, Phillips solo piensa en una cosa: Despedirla. El único problema, es que no trabaja para él, es su esposa. El certificado de matrimonio y el anillo de su madre así lo demuestran. Ella parece tan horrorizada como él por el matrimonio al que han sido obligados, y enseguida se ponen de acuerdo en que la única solución es el la anulación. Pero existe una fuerte química entre ellos. Cuando crucen la línea y ya no puedan anular el matrimonio, ¿qué excusas alegarán para no seguir casados?