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Libros
Mónica Rodríguez

El viaje de Malka

  • Juliana Remedioscompartió una citahace 3 años
    A Malka le pareció que aunque esos hombres y esas mujeres eran diferentes, lloraban y reían como todos. Nacían y morían como todos. Le pareció que aunque el mundo era muy grande, las cosas importantes eran las mismas en todos lados. ¿O no? Quería preguntarles, pero ahora, después del viento, de los ahogados y de la gente de la isla, estaba hecha un lío. Tremendo lío.
  • berenice1993compartió una citahace 4 meses
    cuando ya no busques, cuando estés en paz con el mundo, entonces encontrarás.
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    —¿Fe? ¿Qué es eso?

    —Pues que te lo crees y punto.
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    —¿Lo has encontrado? —preguntó su madre.

    —¿A quién?

    —A Dios, por supuesto.

    Malka se sorprendió de que su madre supiera lo de su viaje. No se acordó de que había dejado una nota.

    —No —dijo—. La gente no se pone de acuerdo.

    —Para creer en Dios hay que tener fe —le dijo su madre.
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    Tampoco sabían qué quería decir con eso de la comunión.

    El resto de los árboles sacudieron sus hojas como despertando de un gran letargo. Uno de ellos les explicó:

    —O sea, que participamos de lo común.

    —Que todos somos una misma cosa —dijo otro.
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    Para ver bien las cosas, hay que alejarse de ellas
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    Le pareció que aunque el mundo era muy grande, las cosas importantes eran las mismas en todos lados. ¿
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    —No sabemos quién es, no sabemos si existe. Pero no nos importa. A nosotros, que vivimos felices y tranquilos, no nos importa qué pasa después de muertos, porque cuando la muerte llega a la vida, la vida ya no está. Nosotros ya no estamos. Para qué preocuparnos.

    —Además —añadió un hombre muy huesudo y de bigote pequeño—, nuestra inteligencia no es capaz de entenderlo. Nunca podremos saber si Dios existe. Entonces para qué preocuparnos.

    —En lugar de preocuparnos, nosotros bailamos —añadió la mujer grande.
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    Ya has encontrado a tu abuela.

    —¿Dónde?

    —En sus cuentos
  • Ivan Pizañacompartió una citael año pasado
    —Y esto puede ser que haya sido así o puede que no.
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