La vida de Hannah parece perfecta: tiene una alocada familia que la adora, saca buenas notas en el instituto, está metida en mil proyectos a la vez y, cada mañana, se encuentra una piruleta en su mochila por arte de magia. Sin embargo, no tiene ni idea de qué hará tras graduarse y, para colmo, se fijará en Borja, un pijo que va a su clase y que pondrá su vida patas arriba, pero para mal. Los días de Kevin son muy diferentes a los de Hannah. En su casa, las cosas van de mal en peor desde que metieron a su hermano mayor en la cárcel, su madre lo trata fatal y necesita aprobar el curso con buena nota para entrar en la carrera que quiere estudiar, pero carece de los medios suficientes; también está enamorado de Hannah en secreto, aunque ella pasa de él porque está interesada en otro. En el instituto, Hannah y Kevin son expertos en molestarse mutuamente porque no se soportan, pero les tocará hacer un trabajo juntos y puede que se den cuenta de que se importan más de lo que creen.
