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Hebe Uhart

De la Patagonia a México

  • Alicia M. Marescompartió una citaayer
    Y sentada junto a la mesa de madera vieja como si estuviera en una playa olvidada y la mesa hubiera conocido el sol y los vientos, miro pasar a la gente y descubro que la gente sale de alguna casa y va a algún destino, algunos a comprar con bolsa o carrito, otros vestidos y con un paquete van de visita, otros, con ojotas nomás salieron a hacerle dar la última vuelta al perro, antes de darle gotas calmantes para aminorar los ruidos de Año Nuevo.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 3 días
    Juan me está esperando y yo sigo con el reportaje que con ese clima parece raro, un reportaje es indagar sobre puntos de vista, opiniones, y con esa lluvia es como si las opiniones entraran en suspenso. La única opinión que aparecía era: “Por lo menos estamos bajo techo”. Se puso a llamar a sus amigos escritores, parece que nadie quería venir.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 4 días
    Lo que en la ciudad choca, la interpelación abrupta a una persona que se interpreta como irrumpir en la privacidad, en un pueblo no, porque hay como una relación preexistente entre las personas donde no es preciso decir “disculpe” al abordar a otro.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 5 días
    No me imagino a esas voces monocordes convirtiendo a alguien, aconsejando, señalando, disuadiendo. La conversión allí se debe hacer por ósmosis; los monjes no parecen gente dispuesta a convertir a nadie.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 5 días
    Escucho cosas un tanto desconcertantes, por ejemplo que después de Borges no podemos leer con inocencia y no sé a qué se refiere, el que lo dice ni lo explica.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 5 días
    Una parte del jardincito tiene una cadena que impi-de el paso y todo está lleno de carteles “Toque el timbre antes de estacionar”, “No toque bocina que hay gente durmiendo”. Cómo me gustaría sacar ese mantelito blanco de la mesa de luz para apoyar algo sin miedo; siento que no debo. Me voy a portar muy bien, no voy a defraudar a la hotelera para que persista en su sueño dorado de la hostería sin huéspedes o en última instancia, con ángeles.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 5 días
    Siempre que llego a un lugar es a mediodía, hace calor o llueve, y me pesa la valija. Todo esto me pone de mal humor.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 5 días
    Ese hotel me empuja a la calle, además es oscuro como el alma de sus encargados, que parecen serenos mal dormidos.
  • Camila Sanchezcompartió una citahace 5 meses
    iría en todas direcciones para ver qué hay allá y más lejos,
  • Camila Sanchezcompartió una citahace 5 meses
    Me gusta aprender cosas nuevas”, dice. Y es como la gente del Renacimiento, que debía saber muchas cosas. Por ejemplo, no era raro que un comerciante supiera latín, montar elegantemente, bailar, y además se interesara por las plantas y por los minerales.
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