Ante el imperativo de tomar una decisión inminente, Alberto y el narrador se enfrentan a una disyuntiva: la pregunta imposible de una alumno gigante de una universidad inglesa detona una serie de opciones que, como senderos que se bifurcan, se abren frente ellos en un abanico de caminos divergentes, convergentes y paralelos. ¿Qué harán? Qué hacer no parece una novela, y sin embargo lo es. Aunque no esté claro qué novela es.
Dinamitando toda convención, la apuesta de Katchadjian es sutil, capciosa y arriesgada: la trama no es lineal, avanza proponiendo cruces, círculos y desviaciones y redunda en lo extraño de lo conocido; los personajes -soldados, trapos viejos, pobres de espíritu, bebedores— se reordenan y mutan en sistemas anómalos; los escenarios -trincheras, cantinas, barcos, terrenos baldíos, manantiales— se intercambian y, aun así, sostienen “la novela”. Escena y vértigo; ornamento y delito. Como quien se ha retirado a construir un laberinto y ha vuelto con un libro, si es que no son lo mismo, Pablo Katchadjian nos invita con Qué hacer a adentrarnos en su universo, su literatura. Bienvenidos a la Biblioteca K.