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Mona Eltahawy

El himen y el hiyab

  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    la MGF ha sido declarada violación de los derechos humanos de niñas y mujeres por un concierto de tratados internacionales, regionales y acuerdos de consenso político
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    La MGF no reduce el deseo sexual, pero a sus víctimas sí que les resulta más difícil experimentar excitación, lubricarse, alcanzar el orgasmo y sentir placer durante el acto sexual, según un estudio llevado a cabo por el hospital universitario King Abdulaziz en Yeda
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    La mutilación genital femenina (MGF) —también conocida como ablación y, de manera errónea, «circuncisión»— «comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos», según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La justificación principal de la MGF es el control de la sexualidad femenina. Se cree que reduce el deseo sexual de las niñas, ayudándolas así a mantener su virginidad y, después, su fidelidad conyugal
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    A veces hasta sacrificamos sus vidas: en nombre del «honor», algunas familias asesinan a sus hijas para apaciguar al dios de la virginidad.
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    Las religiones y culturas dominadas por hombres, volcadas en la sexualidad masculina sin apenas prestar atención a los deseos de las mujeres, son lo bastante difíciles de sobrellevar sin necesidad del menosprecio de otras mujeres. Sé de dónde proceden estos juicios; reconozco la necesidad de encajar. Esa necesidad internaliza la misoginia y el sometimiento hasta tal punto que las madres les niegan a sus hijas los mismos placeres y deseos que les negaron a ellas, y las llamarán putas por perseguirlos. Para poder sobrevivir, las mujeres vigilan los cuerpos de otras mujeres y los suyos, sustituyendo el deseo por el «honor» y el buen nombre de la familia
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    —Respeto que pienses que lo has elegido libremente —le dijo una estudiante—. Pero [la dramaturga estadounidense] Eve Ensler decía que al firmar un compromiso con tu padre te arrebatan la sexualidad hasta que firmas otro con tu marido cuando te casas
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    Las mujeres, el sexo y la cultura conforman un triángulo de las Bermudas que tiende a tragarse el debate productivo, ya sea por culpa de una actitud defensiva (cuando los estudiantes se sienten impulsados a defender una práctica cultural) o por una de superioridad (cuando se sienten impulsados a sostener que su cultura está por encima de cualquier desafío cultural que se les plantee)
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    Pero si se hace sin conocer las realidades que viven aquellas mujeres que no tienen el privilegio de elegir, entonces mis interlocutoras acaban haciendo exactamente lo mismo que me acusan de hacer cuando apoyo la prohibición del nicab: silencian a otras mujeres. ¿Por qué el silencio, cuando algunas de nuestras mujeres se funden en negro, ya sea por políticas identitarias o por ceder ante el salafismo? El nicab representa una extraña veneración por la desaparición de la mujer. Pone en un pedestal a una mujer que se cubre el rostro, que se borra, y considera este borrado el summum de la piedad. No podemos continuar ataviándonos con el velo negro e izando la bandera blanca frente a la misoginia islamista
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    Sostengo que las mujeres que viven en países occidentales —que son musulmanas y occidentales al mismo tiempo— pueden ayudarnos a librarnos de la dicotomía islam-Occidente. Pero les ruego que sean conscientes del privilegio que les permite alzar la voz para defender el hiyab tan apasionadamente
  • Arely Escalonacompartió una citahace 2 años
    La revolución me ha vuelto mucho más valiente. Ahora es mucho más fácil hablar y sé que tengo capacidad para reclamar mis derechos sin que los hombres intervengan. Tengo derecho a que los hombres me respeten como a una igual y a que no me traten como a una seguidora. Lo que cambió la revolución fue nuestra mentalidad. Nos empoderó para decir: ¿quién soy yo, quién soy en este país y cuándo voy a conseguir mis derechos?»
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