Faliero era miembro destacado la aristocracia veneciana, y desde su juventud prestó servicios a la República de Venecia. En 1345 fue encargado de dirigir la lucha contra una sublevación en la ciudad de Zara, y luego fue jefe de la flota naval veneciana, y gobernador de Eubea, habiendo luego servido en la diplomacia ante la sede papal de Aviñón, destacando como hombre de acción y ampliamente capacitado en funciones de administración.