A finales del siglo XVIII, el abad del monasterio de las Avellanas, Jaime Caresmar, es requerido para prestar sus conocimientos de archivística en áger, donde se hallan unos pergaminos olvidados durante centurias. Ordenando los documentos encuentra los vestigios de aquellos que vivieron en el s. XI, éstos le transfieren los sucesos de aquellas épocas inestables, de los colonos apremiantes de prosperidad en las nuevas tierras conquistadas, de los guerreros, de las invasiones a las fortalezas de la Marca Hispánica, de los intrigantes nobles buscando el desencuentro de reyes y condes, y del amor intenso surgido en momentos barridos por la guerra y la esclavitud. El lector convive en el fragor de la baja Edad Media, se entremezcla con los personajes de ficción y varios personajes históricos como el abad Jaime Caresmar, el héroe de frontera, Arnau Mir de Tost, y su esposa, Arsendis, el conde de Urgel, Ermengol, el conde de Barcelona, Ramon Berenguer, y el padre de la cultura catalana, el célebre y astuto abad Oliba.
