En su autobiografía, Mein Kampf, Hitler escribió cómo se había percatado repentinamente de que los judíos eran responsables de los problemas de Alemania, de que cualquier negocio turbio, cualquier forma de indignidad en la vida pública estaba vinculada a los judíos: «al poner el bisturí en ese tipo de absceso uno inmediatamente descubría, como un gusano en un cuerpo putrescente, un pequeño judío que a menudo quedaba cegado por la luz inesperada».[51]