La nueva XXVI Legislatura contuvo representantes de todas estas tendencias. Fue un Congreso de gran ebullición dialéctica y política. Las opiniones, la crítica, la ofensiva, la defensa se esgrimieron apasionadamente, y esa pasión repercutió en la prensa y en sectores no despreciables del público. Este libro analiza las labores de la Cámara de Diputados durante el gobierno maderista entre septiembre de 1912 y febrero de 1913, con énfasis en la relación entre ese cuerpo legislativo y el Poder Ejecutivo Federal. Se aborda también el funcionamiento de la Diputación, la formación de los grupos parlamentarios, sus tendencias, ideas y debates, y sus relaciones con el Senado y el Poder Judicial.
Con el estallido del Cuartelazo de la Ciudadela, la conducta de la Legislatura marcó pautas importantes sobre las facultades que podrían competir a ese cuerpo ante los otros poderes federales. Durante el porfiriato la institución vio mermadas su dignidad y su independencia: preocupación constante de la XXVI Legislatura fue recuperarlas.