Solo quedan los ecos de las emociones perdiéndose en la oscuridad, naufragando en lagos sin fondo, piedras que se hunden hacia la nada y que dejan de percibirse cuando alcanzan demasiada profundidad. Sé que me debería doler verla llorar; y me duele, pero no siento el dolor, es como cuando el dentista te anestesia la boca, sabes que tienes ahí los labios, puedes tocarlos con la lengua también dormida, y tu cerebro te dice que sí, que están allí, pero no sientes el roce. Así se siente mi alma, pero todavía sé que ahí están mis labios, aún no me he olvidado de ellos, quiero volver a sentirlos. Besar.