MANIAC

Es inhumana, como cualquier máquina realmente diabólica, y mata a todas las personas cuya médula espinal no está condicionada para encajar dentro del movimiento de sus engranaje

El caos es solo una apariencia equivocada», escribió Gödel, y estaba convencido de que todo aquello que consideramos aleatorio e irracional responde a un orden oculto que no logramos ver debido a nuestra perspectiva limitada. Pero si piensas de esa manera, falta dar un paso para empezar a percibir oscuras conspiraciones y agentes secretos que buscan manipular incluso las ocurrencias más simples y mundanas.

Vivíamos en el rapto constante de lo nuevo.

se puede bailar incluso cuando el diablo está llamando a tu puerta.

Es indudable que los hábitos que desarrollamos en nuestra infancia son los que seguimos en la adultez, y yo le fallé de forma miserable en lo más importante: no pude transmitir la santidad de nuestra disciplina.

Así que se mantuvo en silencio, triste y temeroso, cargando un peso que ningún niño debería tener que soportar, una oscura profecía cuya influencia no terminó jamás

austriaco había descubierto lo que parecía ser un límite ontológico más allá del cual no se podía pensar. Había abierto una falla, un abismo que ningún saber o teoría podrían reparar, y eso para Jancsi supuso una catástrofe personal.

las entrañas, porque no era indiferente a lo que estaba ocurriendo en política y sufría viendo el surgimiento de toda esa enfermiza irracionalidad a su alrededor, de alguna forma lograba vivir con una tranquilidad enorme, basada solo en la absoluta seguridad de que sabría reconocer el momento exacto en que debíamos huir.

Las implicaciones filosóficas de la lógica de Gödel eran asombrosas: sus teoremas de incompletitud, como llegaron a ser conocidos, fueron una revelación trascendental, algo que apunta

ciega en el criterio de Jancsi: él estaba obsesionado con los grandes cataclismos históricos –especialmente con la caída de los imperios–, y aunque su odio por los nazis le