Todo cazador de vampiros debe estar dispuesto a cumplir con su deber, sin importar cuánto cueste. Cuando el hermano de Natasha escapa de su prisión, ella decide llamar al más temible cazador de vampiros: su abuelo Pasco. Nat deberá sacrificar parte de sí misma y, para convertirse en una verdadera cazadora, tendrá que acceder a destruir aquello que más ama… sin piedad. Sin dudar. Sin temer. Y, sobre todo, sin sentir. ¿Será ella capaz de ir en contra de sus propios sentimientos, sin perder su corazón en el proceso? Para cazar a un asesino, hay que convertirse en uno.
