Territorio de luz

Los padres son solo padres, no son nadie especial. Hay padres a los que hay que abandonar por el bien de uno mismo. Que no te engañen con el pretexto de que son tus padres.

azotea. Seguro que nos cabe una grande —le dije mientras la acostaba—. Y también

—le dije mientras la acostaba—. Y también

azotea. Seguro que nos cabe una grande

que no te preocupes y déjamelo a mí.
Estábamos a

No dejaba de sorprenderme el miedo que tenía a que mi marido volviera a acercarse a mí. Me aterraba mi exceso de dependencia.
Mi marido me sugirió repetidas veces que regresara a casa de mi madr

No dejaba de sorprenderme el miedo que tenía a que mi marido volviera a acercarse a mí. Me aterraba mi exceso de dependencia.
Mi marido me sugirió repetidas veces que regresara a casa de mi madre

Era cierto que había deseado el divorcio, pero ahora, en contra de ese deseo, tenía la sensación de que quizá no debíamos hacerlo, que a lo mejor los dos deseábamos otra cosa en realidad. Quise abrazarme a su pecho y decírselo a gritos. Pero lo único que hice fue quedarme sentada cabizbaja frente a él.

. Hay padres a los que hay que abandonar por el bien de uno mismo

incapaz de distinguir el miedo de la felicidad. Solo tenía cuatro o cinco años.