Si en su “Discurso sobre las ciencias y las artes” (1750) y en su “Discurso sobre el origen de la desigualdad” (1755) Jean-Jacques Rousseau (1712–1778) fue sentando las bases de su pensamiento filosófico y social, el trabajo fundamental que acabó alumbrando el autor en el campo del pensamiento político fue “El contrato social”, publicado en 1762. Esta obra, en la que toman cuerpo las inquietudes políticas y la fe en la razón de la corriente ilustrada, puede considerarse la fundadora del derecho político. Su análisis teórico de la soberanía de los Estados como producto de la voluntad general se fundamenta en un contrato por el que el individuo enajena su libertad natural a cambio de convertirse en ciudadano, recibir los derechos inalienables de igualdad jurídica e igualdad moral, y asegurar la libertad de todos los miembros de la sociedad. “El contrato social” es uno de los textos capitales para entender el nacimiento de las sociedades modernas.