Cicatrices mojadas— La herida no curada quizá sane con una mirada introspectiva, una forma no directa de llegar al corazón de los demás. Theia, con valentía, sinceridad y humildad desnuda lentamente su alma detrás de lo que a todas luces parece una conspiración político-sanitaria, pero también en los brazos de las personas que ama; lo hace durante doce instantes, doce momentos, «Doce minutos de conexión». Continúa el relato Guillermo, su hermano, en una aventura oscura: una búsqueda agobiante “Sin ruido de fondo”. Al final todos buscamos algo, o a alguien, o ese alguien nos busca a nosotros; porque lo mejor de perderse, tal vez sea encontrarte. Mientras tanto, el simviba (una simbiosis de virus y bacteria) va arrasando con todo.