Cosas que brillan cuando están rotas

Las personas fuertes no se doblan/ Se rompen/ y se hacen añicos”, escribió la poeta Märta Tikkanen.

Para llorar juntos hay que SER juntos. Y tú y yo no sabemos ni quiénes somos.

No sé cómo será para los familiares ver este listado repetido en todos los medios. Leer una y otra vez el nombre de quien ya no está. Diez, cien, mil veces reproducido en todo el mundo. Necesitamos nombrar para amar. Por eso los nombres de los muertos se convierten en carne cuando las personas se van.

Hoy pagaría a la mujer que limpia mi casa para que me abrazara y me dijera que todo está bien, que en algún momento todo volverá a estar bien.

un hombre también es responsable de lo que no hace.

Tú brillas porque estás rota.

“Las personas fuertes no se doblan/ Se rompen/ y se hacen añicos”, escribió la poeta Märta Tikkanen. A las realidades fuertes les pasa lo mismo

Hacía frío en todas partes. Recuerdo ese frío porque nunca se fue del todo.

“Las personas fuertes no se doblan/ Se rompen/ y se hacen añicos”, escribió la poeta Märta Tikkanen

Los nombres son mágicos. Nombramos a nuestros amantes antes de dormir aunque no nos acompañen. Las madres acarician sus panzas mientras susurran a sus futuros hijos. Los muertos también tienen nombres. Y eso es algo que nadie puede quitarles. Llorar y llamar a los muertos. Debemos hacer ambas cosas. Susurrar sus nombres como hicieran sus madres, escribirlos sobre la piedra, pegarlos a la tierra, leerlos en voz alta