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Carl Zimmer

Parásitos

Desde las junglas húmedas de Costa Rica hasta el fétido entorno de las zonas rebeldes del sur de Sudán, Carl Zimmer nos guía a través de un viaje por el universo de los parásitos, un mundo en el que habitamos sin ser conscientes. Nos descubre que no solo son las formas de vida más exitosas de la Tierra, sino que favorecen el desarrollo del sexo, dan forma a los ecosistemas y son el motor de la evolución. Zimmer muestra cuánto han evolucionado estos organismos y describe la aterradora facilidad con que pueden devorar a sus hospedadores e incluso controlar su conducta, como el siniestro Sacculina carcini, que se establece en un desafortunado cangrejo y devora todo menos aquello que su anfitrión necesita para llevarse comida a la boca, que será consumida por él; o la criatura unicelular Toxoplasma gondii, que puede invadir el cerebro humano e influir en su conducta para asegurarse su supervivencia.

Para Zimmer, la humanidad en sí misma es una nueva clase de parásito que se aprovecha de todo el planeta. Por tanto, si vamos a alcanzar toda la sofisticación que caracteriza a estas formas de vida, si vamos a fomentar el florecimiento de la vida en toda su diversidad tal como hacen ellos, debemos aprender cómo convive la naturaleza consigo misma, entender las leyes que rigen el extraño mundo de las criaturas más peligrosas de la naturaleza.
405 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2018
Año de publicación
2018

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Citas

  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 4 años
    La ley natural en el mundo espiritual,3 en 1883. Drummond declaró que el parasitismo «es uno de los crímenes más graves presentes en la naturaleza. Es una brecha en la ley de la evolución. Evolucionarás, desarrollarás al máximo todas tus facultades, alcanzarás la mayor perfección concebible de la raza —y qué perfecta es la raza—, este es el primer y más grande mandamiento de la naturaleza. Pero al parásito no le importa en absoluto la raza, ni la perfección en cualquiera de sus formas. Quiere dos cosas: alimento y refugio. Es irrelevante cómo lo consigue. Cada miembro vive exclusivamente por su cuenta una vida aislada, indolente, egoísta y reincidente». La gente no era diferente: «Todos esos individuos que han conseguido una rápida riqueza mediante la especulación; todos los hijos de la fortuna; todas las víctimas de una herencia; todos los parásitos sociales; todos los acólitos de la corte; todos los mendigos de los mercados...; todos estos son testigos de las retribuciones inalterables de la ley del parasitismo».
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 4 años
    Encontró que las avispas parásitas son un antídoto particularmente bueno contra las ideas sensibleras acerca de Dios. La forma en que las larvas devoraban a sus hospedadores desde el interior era tan espantosa que Darwin escribió una vez acerca de ellas: «No me puedo convencer a mí mismo de que un Dios caritativo y todopoderoso haya creado intencionadamente los Ichneumonidae [un grupo de avispas parásitas] con la expresa intención de que se alimenten dentro de los cuerpos vivos de las orugas».
  • Miguel Ángel Vidaurrecompartió una citahace 4 años
    Un animal da a luz una progenie que es, y sigue siendo, diferente a sus padres, pero que produce a continuación una nueva generación, cuyos miembros, o sus descendientes, retornan a la forma original del primer animal».

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