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Libros
Marina Closs

Pombero

  • vickycompartió una citahace 9 meses
    Y el que me mira, por más que yo sea una rosa, se muere de miedo.
  • vickycompartió una citahace 10 meses
    muchacha. Viene un niño a esperar escondido el amanecer. Viene un hombre a saciar su amor entre las plantas. Vienen las ancianas a encontrar un duende.
  • vickycompartió una citahace 10 meses
    El monte es un lugar de encuentros. Es también un lugar de insomnios. En la noche, vigilo. Viene un enamorado con su
  • vickycompartió una citahace 10 meses
    El monte es un lugar de encuentros. Es también un lugar de insomnios. En la noche, vigilo. Viene un enamorado con su
  • vickycompartió una citahace 10 meses
    Ahí estoy, ya cansado de ser y de estar.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Cuando estoy otra vez bajo el techo de árboles, miro todo a mi alrededor, veo una enorme telaraña rota y siento vergüenza. Yo cuido de todas las cosas frescas. Sé mover los dedos por entre lo que se deshace. Por eso, cuando, en el monte, yo veo una telaraña rota, pienso que parece un cadáver. Junto la telaraña en mi dedo y trato de desenredarla como el cabello de una mujer.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Veo en el fondo del monte: una tira larga de cabello. Ella no me deja ver nada más. Voy por el monte y escucho que ella resbala en las hojas. Se va por entre las ramas. Pongo mi mano en las flores, como si fuese a ella a quien busco. Y cuando alguien viene a arrancar flores, siento un odio amante y celoso. Es mía, es mía esta mujer, este monte. Es mío. Si alguien ve una mujer tumbada, como un gran árbol de noche, una carcasa blanca, una mujer asustada, llorando… es mía. Es mía. No hagan daño. No se acerquen. Ella es toda telaraña por el suelo.
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    Y mientras duermo, sueño con las cosas ligeras. La selva grácil y liviana. Las mariposas, que lamen la luz. Sueño con los peces que son, en el agua, una grieta. Plateados y blancos, dorados, filosos. Sueño con el interior de las piedras, brillante y macabro. Con una mujer pequeña que me está mirando. Veo en el fondo del monte: su largo pelo blanco
  • Rafael Ramoscompartió una citael año pasado
    El monte es un lugar de encuentros. Es también un lugar de insomnios. En la noche, vigilo. Viene un enamorado con su muchacha. Viene un niño a esperar escondido el amanecer. Viene un hombre a saciar su amor entre las plantas. Vienen las ancianas a encontrar un duende. Si alguien viene, lo espero y me escondo. Si alguien mata a un animal, yo lo mato. Este soy, un arbusto sin raíz, un hueco. Soy una espina al tacto. A veces, el canto de un pájaro. Me escondo. Si me llaman, aparezco:
    –¿Dijiste mi nombre? –pregunto.
    Los pájaros se callan y me escuchan. El que dijo mi nombre me ve y tiembla.
    Cuando aparezco, soy un cuerpo colgando de un árbol. Soy un zorro o incluso una grieta. Una rosa o un hombre flaco, con los ojos cristalinos, sombrero de paja y un bastón.
    –Soy Pombero –digo así.
    Y el que me mira, por más que yo sea una rosa, se muere de miedo.
    –Soy el hijo de la luna con el sol. Un agujero en este mundo.
    La persona que llamó se cae al suelo. Yo me ensaño más porque, cuando cae, lastima las hojas.
    –¡Ay! –soy una hoja pequeña de hierba gritando, porque el cuerpo de un hombre me aplastó.
    Levanto el cuerpo del otro en el aire. Siento ese rocío frágil.
    –Te comeré. Te comeré.
  • Fernandocompartió una citahace 2 años
    –El hombre luna tuvo su mujer. El hombre luna se quedó sin su mujer.
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