Fin de poema

Callar es nuestra virtud. / Algún antepasado nuestro debió de encontrarse muy solo / —un gran hombre entre idiotas o un pobre insensato— / para enseñar a los suyos tanto silencio

El silencio tiende a la dureza.

Pero conviene tener cuidado con el silencio: es un vicio. Si por cualquier motivo se acumula demasiado, acaba apoderándose de uno y ya nunca más es posible interrumpirlo.

una mujer entrañable, pero aquel día hizo algo horrible. Enloqueció durante unos segundos, nada más que unos segun

segundos, y cuando regresó a la cordura, ya tenía las manos ensangrentadas.»

«Al contrario. Últimamente no hago más que destruir viejos poemas.

«Había que tener antes que nada ganas de vivir».

sin embargo, no existía persona más lenta a la hora de encender un cigarro. «Lo colocaba con solemnidad entre los labios y entonces empezaba a buscar la caja de cerillas, por supuesto, lentamente

Cuando sale y cierra la puerta, el silencio ocupa su lugar

«la última novela posible, la última novela de la Tierra». Francamente, espero que fracase.