La poesía mira hacia fuera, usa imágenes, está hecha para ser dicha, no para ser pensada, está hecha para salir por la boca, para ser escuchada por otros a la vez, para emplear la voz y llegar con ella a los demás. La prosa está hecha para ser pensada, no tiene sonido, vive atrapada en el pensamiento, escarba, se construye con lo que encuentra en la imaginación o en el recuerdo.