Los preparativos de la boda de Águeda y Matías se han puesto en marcha y los integrantes de las dos familias unen esfuerzos para que la feliz pareja concrete su sueño. Valentina Gambín, íntima amiga de Laura, se ha unido al grupo, lo cual comienza a remover sentimientos en ella que ha preferido olvidar y que la acechan a cada tramo del camino. Igual que su amiga Laura, quien insiste en que ella, después de regresar de las vacaciones de hace catorce meses atrás, ya no es la misma. ¡Y vaya que tiene razón! Pero Valentina está decidida a continuar con su vida tal cual la ha construido y por nada del mundo descuidará su trabajo, ya que allí es donde se siente como pez en el agua. Está convencida de que no ha nacido para enamorarse, y mucho menos, para atarse a un hombre, aunque aquel sujeto de ojos color del cielo y dueño de una cabellera tan dorada como el sol, atormente cada uno de sus días y provoque en ella las ganas de mandar sus escrupulosas ambiciones al mismísimo diablo.
