Oraciones de invierno recoge un conjunto de plegarias escritas en su mayoría entre 2006 y 2014 y usadas para orar en el seno de la comunidad Ailedi, de la parroquia de El Salvador, en Artxandape (Bilbao). Están divididas en dos partes, “Sumergirse en la Palabra” y “Padre nuestro”, y relacionadas cada una de ellas con uno o varios fragmentos de la Escritura (en su mayor parte de los evangelios); su objetivo es ayudar a orar, bien personalmente, bien de forma comunitaria, a la luz de la Palabra de Dios.Se llaman Oraciones de invierno porque están escritas en tiempo de “invierno”, de viento frío a la intemperie y falta de cobijo. Han sido años, especialmente los últimos, en los que la economía ha golpeado brutalmente a mucha gente en nuestro entorno y con mayor brutalidad aún en otros lugares del planeta, que vienen sufriendo lo que podríamos llamar una crisis continua desde hace ya mucho tiempo. Hemos ido creando ídolos -los mercados, por ejemplo— ante los que sacrificamos hasta lo más sagrado (muchos de los derechos humanos, desde luego, incluso el de la vida, que sacrificamos por hambre ante el altar de la especulación).También en la Iglesia han sido tiempos de “invierno”. Habíamos crecido en la fe a la sombra de lo que generó el Concilio Vaticano II, y en estos últimos años -desde hace más, ciertamente, que los citados anteriormente— hemos sido testigos de todo un proceso de vuelta atrás, de alejamiento entre buena parte de la jerarquía eclesial y, por tanto, entre las posturas “oficiales” de la Iglesia y los valores de libertad, igualdad y fraternidad que consideramos acordes con el Reino de Dios y que parecen estar más vigentes en las sociedades democráticas que en ciertos ámbitos eclesiales. En este caso, los fríos vientos de invierno han sido aires de imposición, censura e involución.
