El autor nos entrega una serie de reflexiones especialmente útiles para sacerdotes, así como para los que se preparan para serlo, que trata de cómo ser eficaces reconciliadores al administrar el sacramento. La caridad pastoral del sacerdote se expresa de manera contundente y privilegiada cuando ejerce este ministerio de la Reconciliación, con el hombre que se ha extraviado y necesita integrarse de nuevo a la comunión plena con la iglesia.