Todo Heredia -por su vida y por su obra— es una pura estampa romántica, en lo que representó el romanticismo como expresión de una nueva conducta ante la vida […]. Desorbitada pasión romántica en lo que encontramos en las esquinas mejores de Heredia […]. Y esa inconfundible pasión suya es precisamente lo que le sitúa sobre rutas de supervivencia.