Cualquier vida, incluida la del lector, se ha ido alimentando de las “Cosas que pasan”: Alegría y tristeza, dolor y gozo, lo que pudo ser y no fue, el caminar según la luz del cristal de amores hallados o perdidos, la risa contenida o el desliz de una lágrima.
Y a lo largo de la vida, y dentro de todas las cosas que pasan, hay amores que nunca pueden olvidarse' y que fluyen del alma por vericuetos insospechados como puede serlo a través de un «Monólogo compartido». Sorprendente y tan incierto como lo del vivir.